Aprendiendo a seducir
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LOS TRES PASOS DE UNA SITUACIÓN DE FLIRTEO
Primer paso. El primer encuentro con ella
Bob conoció a Brenda en una fiesta. Pelo rubio lacio, un cuerpo perfecto, una cara preciosa, ojos inteligentes... . Bob tenía tanto miedo a molestarla u ofenderla que fue incapaz de entablar un contacto normal con ella.
Adoptó su postura habitual para atraer a mujeres atractivas: parecer inofensivo. « ¿A qué te dedicas?», le preguntó, y luego de su respuesta, inició una conversación sobre el trabajo, las horas extra y los distintos tipos de ordenadores que usan las empresas. Ella lo encontró inofensivo, e incluso ligeramente interesante, pero cuando él se atrevió a pedirle el número de teléfono, ella le dijo que «me gustas y tal, pero realmente no eres mi tipo». El sabía que las mujeres temen que un hombre les resulte peligroso, pero estaba seguro de no haber hecho nada que le causara temor; ¿qué había salido mal, entonces?
Es cierto que hemos hecho referencia repetidas veces al temor inicial de una mujer por su seguridad, pero eso no significa que el hombre permita que el miedo de ella lo anule, como le pasaba a Bob. Hay que tener en cuenta su preocupación, pero también hacerle saber de inmediato que uno tiene un interés romántico en ella.
También es cierto que hemos dicho repetidamente que una mujer determina si un hombre es un amante en potencia o un simple amigo al poco rato de haberlo conocido, así que es importante aprovechar este hecho presentando claramente enseguida nuestra intención. Si no es así, haciéndola sentir seguro usted sólo conseguirá que ella lo considere como un amigo, mientras que la parte romántica y sensual la deja para otros hombres.
Qué decir al acercarse a ella por primera vez
No hay una forma «correcta» de pedirle a una mujer para salir ni una frase «perfecta» con la cual iniciar una primera conversación. Esto debería tranquilizarlo, porque quiere decir que cualquier cosa que se le ocurra decir (preferentemente algo sencillo y honesto) puede ser lo más adecuado.
Algunos hombres prefieren los comentarios graciosos, como «El cielo ha perdido un ángel, porque estoy viendo uno», pero nuestras entrevistas con más de trescientas mujeres indican que a ellas tales comentarios no les gustan. Y menos aún el famoso «Si te digo que tienes un cuerpo preciso, ¿te enfadarás conmigo?» Todos estos comentarios sólo indican que el que los hace no es un hombre maduro, así que descártelos.
Segundo paso. Ella comienza a verlo como un posible candidato
Si usted ha cumplido con todos los aspectos del primer paso, la mujer que le interesa tendrá confianza en usted y comenzará a verlo como un posible candidato a una relación amorosa. Usted le ha hecho saber su interés, ha logrado que se sienta segura cuando están juntos y la ha dejado contenta en todas las ocasiones. Ha flirteado con ella con humor, ha evitado las peleas y no la ha espantado de ninguna manera. Ella disfruta de su compañía, conoce su interés romántico en ella y empieza a pensar «Me gusta este chico, ¿por qué no voy a salir con él? ¿Qué me puede pasar?».
Pero ahora que ha superado la primera etapa, tiene que hacer frente al siguiente problema. A medida que crece el interés de ella, también crecen sus dudas. Recuerde que las mujeres, como todo el mundo, intentan evitar los cambios aunque estén deseando cambiar. Para conservar su vida ordenada, ella comienza a encontrar motivos para descalificarlo, así que su reto
es vencer estos motivos y conseguir que ella continúe sintiéndose a gusto con usted.
Las razones que ella busca son diferentes de los problemas que usted tiene cuando usted sencillamente no le gusta. Si ella le dice «No quiero volver a hablar contigo», o «No quiero salir contigo» o «Déjame en paz», es obvio que usted no le gusta. Hágale caso, déjela en paz y busque mujeres a las que usted les guste. Pero si ella le dice algo más vago, referido más a las relaciones en sí que a usted, entonces debe insistir amablemente.
Tercer paso. Usted la invita a salir y ella acepta
Existen tres situaciones diferentes en las que usted puede conocer mujeres y la rapidez en invitarla a salir depende de la situación en la que se encuentre.
En primer lugar está la situación de urgencia. Usted ve una mujer que le gusta y tiene que hablarle enseguida, porque está a punto de irse y usted probablemente no la volverá a ver nunca más. ¿Ha leído alguna vez esos tristes anuncios personales de los contactos en los que un pobre tipo le pide a una chica que por favor lo llame? «Te vi desde la otra punta del salón pero no me animé a acercarme a ti. Eres alta, rubia y de complexión fuerte. Yo era el que estaba en el rincón, haciendo que admiraba la decoración. Llámame, por favor». Poco probable, ¿no?
Si no quiere parecerse a ese pobre tipo, tiene que actuar con rapidez, antes de que ella desaparezca para siempre. Puede decirle algo así: «Hola, te he visto y he pensado que no puedo dejar que te vayas sin decirte algo. Generalmente no hago esto, ¿pero te puedo llamar? Tal vez ella le diga que no, pero también es posible que le diga que sí. Lo que es seguro es que ten- drá más posibilidades de salir con ella si le habla que si no le dice nada, en cuyo caso ella ni se enterará de que usted existe.
La segunda situación le da un poco más de tiempo. Usted puede ver a la mujer que le interesa en una fiesta o en un curso de todo un día, por ejemplo, por lo que tendrá varias ocasiones de establecer contacto con ella. Antes de irse, dígale algo así: «Me gusta tu forma de ser. ¿Qué te parece si quedamos para salir?» y siga el proceso desde ahí.
En la tercera situación, el flirteo se alarga durante un cierto período. Se trata de las mujeres que van al gimnasio a la misma hora que usted, las camareras de la cafetería que usted frecuenta o de su restaurante favorito. Es la situación de menor tensión, porque usted puede flirtear con la mujer durante un período largo, dándole todo el tiempo que necesite para acostumbrarse a usted, sentirse segura y hacerlo formar parte de su vida amorosa. Con toda la calma del mundo, cuando sea el momento adecuado, usted podrá invitarla a salir.
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