Origen de la Superticion de derramar la sal

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Derramar la sal

Mala suerte, si esto le ocurre al manipular el salero, a menos que se apresure a tomar un pellizco y arrojarlo por encima del hombro izquierdo "directamente a la cara del diablo". Porque este es el sitio desde el que Pedro Botero, es decir, el diablo, espera paciente a que nuestra naturaleza pecadora renuncie al alma para siempre.


La sal arrojada no tiene otro fin que cegarle temporalmente, para que el espíritu tenga tiempo para volver a quedar afianzado por la buena suerte.


Desde la Grecia antigua, la sal ha tenido un gran poder simbolico: procede de la madre Tierra, del mar,las lagrimas y la saliva son saladas y conserva, condimenta y embellece los alimentos.