Origen de las cartas del Tarot

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Cartas del Tarot


No hay un acuerdo unánime entre los estudiosos sobre el origen y evolución de la baraja de tarot. Unos la explican a partir de unos iniciales arcanos mayores que se utilizaban con fines educativos. De ahí habrían pasado a tener un sentido mágico y adivinatorio, vinculado a antiguas filosofías y religiones. En unos tiempos marcados por el dogmatismo religioso y la persecución de cualquier actividad relacionada con el ocultismo, las demás cartas de la baraja de tarot habrían sido añadidas para ocultar esos sospechosos arcanos. Otros estudiosos creen que los arcanos mayores fueron añadidos a la baraja para que en algunos juegos hubiera unas cartas que siempre fueran de triunfo. Esto es lo que las evidencias históricas parecen demostrar, ya que el tarot aparece en Italia entre los años 1430 y 1440 como una variante de la baraja italiana a la que se añaden 21 cartas de triunfo y una extraña carta suelta, el loco.

Se conocen también otros tarots medievales con más cartas (97 en el tarot florentino de Minchiate, que añadió más arcanos mayores, entre ellos las virtudes cardinales completas)o con menos (63 en un tarot alemán, resultado de reducir las cartas numerales y modificar los arcanos mayores).

Tarot de adivinación y tarot de juego


Hay dos tipos principales de barajas de tarot: las de adivinación y las de juego. Se diferencian por el diseño de los triunfos o arcanos mayores. En ambos casos, la baraja de tarot actual consta de 78 cartas, que se dividen en los 22 triunfos o arcanos mayores y cuatro palos de 14 cartas cada uno (56 arcanos menores). Los dibujos de los arcanos mayores de las barajas de adivinación suelen basarse en las características del Tarot de Marsella o bien en la equivalencia entre los números naturales del 1 al 22 y las 22 letras del alfabeto hebreo (tarot cabalístico). Además del mencionado Tarot de Marsella, son igualmente célebres el Tarot Rider, concebido por A.E. Waite y que también muestra ilustraciones adivinatorias en los arcanos menores, el Tarot Español, el Tarot de Euskalerría, el Tarot de Thot, diseñado por Aleister Crowley (un destacado discípulo de Waite), o el tarot ilustrado por el pintor surrealista Salvador Dalí.

Los arcanos mayores del tarot son: el mago (I), la sacerdotisa o papisa (II), la emperatriz (III), el emperador (IV), el papa (V), el enamorado (VI), el carro (VII), la justicia (VIII), el ermitaño (IX), la rueda de la fortuna (X), la fuerza (XI), el ahorcado (XII), la muerte (XIII), la templanza (XIV), el diablo (XV), la torre (XVI), la estrella (XVII), la luna (XVIII), el sol (XIX), el juicio (XX), el mundo (XXI) y el loco (sin numerar).

En las barajas de tarot de juego, estas 22 cartas, que son siempre triunfos, representan habitualmente escenas de la vida social o cortesana, sin ningún sentido adivinatorio. Otra diferencia notable es que suelen ser reversibles, igual que las figuras.

Los palos de los arcanos menores son cuatro. En los tarots adivinatorios corresponden normalmente a los de la baraja italiana: oros, copas, espadas y bastones (no bastos). En los de juego, los palos suelen ser los de la baraja francesa: diamantes, corazones, picas y tréboles, con la equivalencia oros/diamantes, copas/corazones, espadas/picas y bastones/tréboles.

Las catorce cartas de cada palo comprenden desde el as o uno hasta el diez, más las figuras, que son cuatro en cada palo: sota o valet, caballo o caballero, reina o dama y rey.

Una de las principales características de las barajas de tarot actuales es que suelen ser de mayor tamaño que las barajas de juego corrientes. La baraja de tarot de juego suele tener un tamaño intermedio entre el del tarot de adivinación y el de las barajas de juego que se utilizan habitualmente, con el fin de hacer más sencillo su manejo.


Fuente : acanomas.com